A veces un pequeño mueble basta para decorar.
Para dar alegría a un espacio.
Este mueble era de mis padres. Unas cajoneras recicladas compradas en una tienda de segunda mano.
Mi padré las pintó, las dejó con colores alegres, y yo sin pensarlo me llevé una desde la Isla a nuestra casa. Tener un trocito de allí en casa, me gusta.
Y en una casa pequeña, los detalles de cristal van geniales.
Dejan pasar la luz y ver el fondo.
Y estos colores, dan un toque de luz que me enamora.
Es una preciositat! Quina colors mes xulos!
ResponderEliminarI tenir un bocinet de s'illa a casa no te preu com dius!
Besades
Encantadora!
ResponderEliminarA veces algo que nos recuerda a alguien es suficiente para ser feliz un ratito...
decorando de corazón
Que colores mas precioso. Te llevaste un buen recuerdo!
ResponderEliminarUnos colores muy tiernos, impregnados de la luz de tu isla, y de sentimientos de tiempos pasados que te acompañan en tu nueva vida en familia.
ResponderEliminarUn abrazo
es precios!!! per cert, o havia vist la nova imatge del blog, m'agrada molt!
ResponderEliminarun petonet!
¡¡Muy bonito!! Estos muebles personalizados son los que dan un toque único a una casa!! Chulísimo. Un beso
ResponderEliminar